miércoles, 14 de marzo de 2012

SOLO TU PUEDES AYUDARME


Cada vez que vuelvo al mar la vieja y eterna pregunta vuelve a brotar sola, sin que pueda detenerla: ¿Dónde está? ¿Lo has visto hace poco?, y siempre la respuesta es igual. Silencio, nada más.
No llego a comprender que a mí que tanto amo la mar no me quiera contestar.
Tampoco quiero entender que si no lo hace posiblemente sea porque ignora lo que debe responder.
En la playa como locos nos amamos y en ella una noche te dejé: ¡Loca cabeza llena de confusiones que no te supo entender!.
Ahora sí, ahora sé, soy capaz de comprender  y es ahora cuando por más que lo intento no consigo encontrar el sitio aquél.
A veces me pregunto, si la vida enfadada me niega lo que tanto ansío, que es simplemente volverte a ver, reír de nuevo a tu lado, sentir el roce de tu piel, el aroma de tu ser, poder decirte cuánto te amo, lo mucho que te añoré. La falta que tengo de ti, me da miedo, porque me lleva a pensar que si no consigo decirte adiós, jamás volveré a hallar la paz.
Sé que tú sabes que sé. Siento que tú también sientes que siento, y lo que aún es peor que tú aún sientes.
No sé cómo poder encontrar la paz si no puedo al fin hablar contigo y saber que giro debe tomar nuestra historia que  ya no sé si es que jamás debió  empezar,  o nunca interrumpir, o, peor aún, que aún está viva para ti y para mí, 

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