Me estremece de placer el pensar que un día, quizá
no tan lejano, podré estar así, sentada junto a ti, cerca del mar, en cualquier
estación del año, cogida de tu mano, en silencio, sin mirarnos, pero
conscientes ambos de cuánto nos conocemos y de lo mucho que compartimos.
Nos conocimos sin querer, casi de cualquier manera,
sin darnos cuenta de lo que nos estaba pasando. Luego, como siempre, poco a
poco, el tiempo nos aclaró la situación y nos puso en el lugar que debíamos
ocupar.
Me asombra tanto amigo que nadie entienda que algo
tan sencillo como lo nuestro pueda existir. Todos rebuscan, intentando
encontrar lo que ni tan siquiera tú o yo pensamos jamás.
Me cuesta entender como es de difícil que la gente
comprenda que lo que nos une es uno de los amores más hermosos que pueden
existir, uno de los más fieles, el que es capaz de atravesar ríos y montañas,
llorar en silencio o reír hasta el delirio, sin saber muy bien por qué, pero
juntos, el que nada
ni nadie puede romper, el más fiel, el que nunca
desconfía, el único que lucharía hasta la muerte por defender al otro, el más
noble, el que tan sólo puede superar el de ser padres. El amor de la amistad.
Lo más desconcertante es que dudan de él por lo más
absurdo, porque no somos del mismo sexo, porque somos un hombre y una mujer,
tan sólo por eso. Si no fuera tan triste casi sería para reír.
Pueden entender que dos seres del mismo sexo
compartan secretos, emociones, amores, ilusiones. Pero no el que dos humanos
que tan sólo son diferentes por algún que otro retoque físico final lo vivan
igual o con más intensidad.
Pero me da igual, no pienso renunciar a ti por algo
que los más cerrados de mente no puedan o no quieran comprender.
Nosotros lo entendemos, lo vivimos, lo compartimos,
lo sentimos. Estamos unidos por algo mucho más fuerte y poderoso que el amor
pasional que pueda unir a dos personas, hemos tenido la dicha de encontrar el
amor más generoso del mundo, el que nada
pide, y todo lo da. El que ata con lazos invisibles y más fuertes
que cualquier otro sentimiento terrenal. Estamos
unidos por la
gran y poderosa fuerza de la amistad.
2 comentarios:
Ese tipo de amor es tan difícil de encontrar y más aún es entenderlo por parte del resto. Pero qué hermoso sentimiento es el saberse en el pensamiento de otra persona que te acepta tal y como eres. Qué preciosa sensación es hallarse en terreno que sabes que no sucumbirá ante nada... tener pilares que seguirán manteniéndote...
Este amor es lo que yo llamo "regalos de vida", son escasos, se dan muy raramente. Es inútil buscarlo. él encuentra a las personas que desea unir y cuando, por una extraña y súbita lucidez, te das cuenta que eres uno de los elegidos, no llega una vida para estar inmensamente agradecido. Es el más valioso tesoro que un ser humano puedo recibir y como tal debe conservarlo durante toda su vida.
Publicar un comentario