Aunque
sé de sobra que ya nunca se cumplirá mi sueño, no dejo por eso de arroparlo
cada noche, como si de un niño se tratara.
Estoy
convencida de que el día que deje de acariciarlo habré muerto, porque ya no
sentiré nada, y la vida sin un sentimiento se convierte en eso, en nada.
Mis
ojos seguirán mirando incansables las rojas puestas de sol en el otoño,
buscando siempre entre las caídas hojas aquellas tan especiales que tienen
forma de corazón, porque quiero seguir creyendo que eso me traerá suerte.
Mis oídos
siempre estarán atentos al murmullo de la mar, para saber de que humor viene,
porque seguiré creyendo que ella es la que también hace que el mío cambie.
Mis
manos seguirán acariciando el suave pelo de mi perrita, a la que quiero tanto,
asombrándome cada día de la fidelidad que me tiene y el amor que me da.
Mi boca
seguirá siempre esperando a que la tuya vuelva de nuevo a cubrirla, llenándola
de dulzuras compartidas, y nunca olvidadas.
Mi
olfato distinguirá siempre si el aire trae aromas de tormenta o si por el
contrario anuncia la calma de los cálidos y dorados días de la fértil estación
del otoño.
Porque
sé, que mientras siga sintiendo eso, permanecerá vivo mi sueño, y mientras
tenga un sueño, yo, continuaré viviendo.
4 comentarios:
Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.
Paulo Coelho (1947-?) Escritor brasileño.
No lo haré amigo, jamás. Amo vivir la vida y nada me hará renunciar.
Eres genial! Lo sabes no? No cambies nunca!!!
A estas alturas difícil lo tengo!!! Pero se agradece corazón, se agradece.
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