Durante
mucho tiempo he pensado que era posible olvidar realmente el pasado. Seguir
adelante con una nueva vida, nuevos amigos, nuevas historias, diferentes
paisajes. Es decir, que si ponía mucho empeño lograría arrancar de mi vida unos
recuerdos que por hermosos cada vez que los pensaba me hacían daño.
Pensé
que si daba tiempo al tiempo llegaría el momento en que mi memoria borraría
esta etapa de mi vida como algo que nunca sucedió. Fue tan fuerte mi convicción
que logré engañarme y creí haberlo conseguido.
Pero de
pronto, un día, cuando menos lo esperaba, el gesto más absurdo, la situación
más extraña me devolvió de golpe todo mi pasado.
¡Cuánta
angustia me ha costado ese retorno! ¡Cuánto dolor ocultado! Me he topado de
nuevo con mi vieja amiga soledad. Esa soledad tanto tiempo ahogada, que tanto sabe de mí, de
todo lo que a nadie he contado.
Me
acobardé, no soy fuerte, la soledad me volvió a ganar la mano. Primero pensé
que jugaba con las cartas trucadas, porque sin esperarlo me fue trayendo uno a
uno y de la mano, todo lo que yo creía ya enterrado. La realidad me hizo
comprender que ella jugaba limpio, y que era yo, quien en un esfuerzo vano
intentaba marcar alguna que otra carta, destruyendo o reformando el recuerdo de
aquel pasado
Todo el
paso del tiempo callado empezó a hablar de nuevo, pero no en susurros, sino a
gritos desgarrados. Los reproches se convirtieron en imposibles compañeros.
Venían uno tras otro, como empujándose, al mismo tiempo que cada uno de ellos
me lanzaba a la cara una queja y un recuerdo.
Aturdida,
llena de pánico, muerta de ansiedad, busqué a viejos conocidos, quería, ahora
sí, preguntar para saber, pero ya era demasiado tarde.
Ninguno
de los amigos quedaba. Todos se habían dispersado siguiendo sus propios
caminos, buscando sus lugares y puedo que también alguno huyendo de sus
soledades.
Al
dolor del renacer de aquel viejo amor se unió el de saber que, quizá, tan sólo
quizá, si yo no hubiera ahogado lo que mi alma ansiaba saber tanto tiempo
atrás, pudiera haber encontrado
las respuestas a todo lo que ahora ya me está para siempre negado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario